A sus 89 años, una maestra de nivel primaria pasó de escribir su nombre en el pizarrón de clases a los anales de la historia de la educación en Zacatecas.
En un hecho del que no se tiene registro en la Secretaría de Educación, al cumplir 70 años ininterrumpidos de servicio docente tomó la decisión de retirarse de sus funciones y ha iniciado su proceso prejubilatorio.
Su nombre es María Auxilio Hernández Méndez, aunque entre los padres de familia, los alumnos, los profesores, los directores e incluso los supervisores es conocida como la maestra “Chilo”.
Y aunque las arrugas de sus manos y las canas escondidas en el tinte de su cabello guardan las vivencias de haber formado educativamente a generaciones de alumnos, en sus ojos y en su memoria brilla la lucidez de una maestra que mantiene la pasión por la enseñanza.
En ese sentido, la nueva gobernanza, encabezada por el mandatario David Monreal Ávila, agradece el legado de la maestra María Auxilio Hernández, quien ha contribuido durante décadas al bienestar social.
Los inicios
Corría el año de 1951 cuando María Auxilio llegó a bordo de un burro a la comunidad Cerrito del Agua, en el municipio de Ojocaliente. No había transporte público y caminar o viajar a bordo de un animal era el mejor canal de acceso.
Siendo una jovencita de 19 años y con el primer grado de secundaria terminado, Chilo era la nueva maestra del pueblo… De esta manera inició la carrera profesional como docente de esta profesora originaria de Zacatecas.
“El primer día que llegué al Maguey (comunidad de Zacatecas) me quedé a dormir en las bancas del salón de clases, porque la Casa del Maestro estaba llena de hierba y no estaba habitable”, refiere.
En sus primeros 20 años como docente, la maestra recorrió escuelas de nivel primaria de comunidades de Cuauhtémoc, General Pánfilo Natera, Calera, Guadalupe y Zacatecas, en las que siempre impartió clases a escuelas multigrado; es decir, atendía a tres o los seis grados.
En atención a las necesidades de los planteles, María Auxilio asumió el liderazgo de la comunidad y aprendió a gestionar recursos no sólo para mejorar los planteles sino también los servicios de quienes en ésta habitaban.
Una huella de su paso quedó registrada en la comunidad Santa Elena, en el municipio de Pánfilo Natera, periodo en el que estuvo de 1956 a 1964. En ese periodo impulsó un programa de desayunos escolares en el que, además de proveer de forma gratuita el alimento a los alumnos, lo ofrecía a los adultos mayores.
Una historia de constancia
A la par que aprendió la parte empírica de la función docente, la maestra María Auxilio estudió la carrera de Licenciada en Educación Primaria y, además, realizó una especialidad en Pedagogía en la Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho (BENMAC)
Su constancia y conocimiento en la educación le llevaron a asumir funciones como directora de escuela de educación primaria, también en zonas rurales, pero también en áreas urbanas de municipios de la capital de Zacatecas y de Morelos.
Los últimos 20 años de su carrera de maestra los hizo en supervisiones escolares de Cuauhtémoc, Ojocaliente y Luis Moya, en donde compartió sus conocimientos sobre los procesos educativos en los centros escolares.
Incluso, al igual que cientos de maestros de Zacatecas, en estos tiempos de pandemia aprendió a dar capacitaciones a través de plataformas virtuales como Zoom o Google Meet, como parte de la innovación en el servicio docente.
“Por una cuestión personal, siempre busqué que mis escuelas estuvieran limpias y presentables, que hubiera condiciones dignas y que los ambientes de aprendizaje fueran los más favorables para todos”, relata.
“Por eso, me gusta mucho el programa La Escuela es Nuestra, que implementó el Presidente Andrés Manuel López Obrador, porque nos regresa a los maestros, a los padres de familia y a los alumnos esa posibilidad de darle un sentido propio de dignificación a nuestras escuelas”.
La única maestra en el país
70 años se dicen fáciles, pero difícilmente podría encontrarse a alguien más como la maestra Chilo, que tenga esos años en la función docente. Bien podría tratarse de un caso único en este país.
María Auxilio lo sabe, aunque parece no inmutarse y toma el tema con normalidad, “decidí jubilarme porque ya es tiempo de dar paso a las nuevas generaciones y por una situación de salud”.
“Usted me pregunta con qué me quedo en estos 70 años, pues me quedo con una satisfacción muy grande, la que el sistema educativo de Zacatecas me dio al ser maestra”, refiere.
Y remata su plática con una remembranza: “mi padre me decía que, si quería ser maestra, tenía que ser la mejor, tenía que echarle ganas y tenía que dar lo mejor de mí. Y la verdad, me queda esa satisfacción de haber dado lo mejor de mí”.