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Niños, víctimas de una batalla ajena

by Franco Elizondo Marquez

Por Geovanna Bañuelos

En Zacatecas, nuevamente la violencia criminal arrebató la vida de personas inocentes. El pasado lunes 1º de agosto en el municipio de Fresnillo, se registró una confrontación. Sujetos fuertemente armados atacaron a balazos a un hombre, identificado como Ricardo, sin importarles que venía acompañado de Alisson, su pequeña hija de tan solo cinco años. Ricardo perdió la vida al instante, mientras que Alisson quedó herida de gravedad. A pesar de los esfuerzos de los médicos perdería la vida horas más tarde a consecuencia de las heridas.

Con el fallecimiento de Alisson, en lo que va del año, en Zacatecas, suman cuatro asesinatos de niños y niñas por fuego cruzado en espacios públicos en el municipio de Fresnillo, así como otros cinco homicidios de menores en ataques directos a viviendas en el municipio de Guadalupe, según datos de colectivos a favor de los derechos de la infancia. Mientras que la Red por los Derechos de la Infancia en México, detalla que hubo 24 víctimas en Zacatecas en el primer trimestre de 2022. Recordemos el caso de Caleb, niño de tres años asesinado al interior de la iglesia de la Virgen de Guadalupe el pasado jueves 19 de mayo.

El panorama no es alentador. Esta problemática es nacional. De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, entre diciembre de 2018 y mayo de 2022, fueron privados de la vida, de manera violenta, 8 mil 336 niñas, niños y adolescentes. Esta situación es insostenible.

Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a una vida sin violencia, explotación o abuso de cualquier tipo. La niñez debe estar al centro del quehacer público, privado y social. Alarmante que se atente contra la integridad de las y los menores de edad. No puede permitirse que quienes sean completamente ajenos a las situaciones de violencia estén perdiendo la vida.

La violencia, sea en la forma que sea, siempre será un hecho repudiable. Lo que sucede en Zacatecas y en especial, en Fresnillo y Guadalupe, debe parar. Lo ocurrido debe ser un llamado para que sociedad e instituciones trabajemos en unión y coordinación para frenar esta masacre. Urge diseñar una ruta crítica para que todas las infancias de nuestro país crezcan y se desarrollen plena e integralmente; puedan ejercer de manera efectiva sus derechos fundamentales y vivan en condiciones de paz y libres de todo tipo de violencias.

Como se estableció en el Plan de Acción de la Cumbre Mundial a favor de la Infancia: No hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana.

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