Daniela es una mujer a la que sus habilidades y el ejemplo de su padre -quien fue elemento de la Marina Armada de México-, la llevaron a ser Policía Estatal; actualmente está comisionada a la Policía Metropolitana, en donde fomenta el amor por el uniforme.
Aunque tiene poco menos de dos años en esta labor, el tiempo dentro de una institución policial la llevó a descubrir su verdadera vocación; «es mi pasión servir a la ciudadanía con lealtad y respeto», afirma.
Con orgullo, Daniela comenta: «siento que el ser mujer es un signo de fuerza y de lucha diaria, ya que como mujeres podemos enfrentarnos a muchas dificultades».
Se trata de una mujer policía que percibe su labor diaria como un privilegio y un honor; «me gusta mucho el trabajo que desempeño, porque lo hago con mucha dedicación y sin esperar nada a cambio».
Pese a incursionar en un ámbito que históricamente había sido dominado por hombres, afirmó que, como mujer, no se le ha dificultado integrarse al medio policial, ya que las personas con las que se relaciona y que en su mayoría son varones, entienden de los derechos y la igualdad entre mujeres y hombres.
«Dentro de la corporación está claro que debemos ser tratadas con respeto; en lo profesional, eso me ha motivado mucho a superarme y a seguir adelante», señaló.
Daniela destacó que el integrarse a las filas de una corporación policial no sólo le permitió valorar el tiempo con su familia, sino también descubrir que ser policía es su pasión y, con ello, cumplió su anhelo de formar parte de la seguridad de un estado.