Estados Unidos es el país más afectado por el COVID-19 en el mundo, con más de 5 millones de infecciones y 163.000 muertes
Según un informe de The Washington Post del martes, la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está estudiando la posibilidad de evitar que los ciudadanos y residentes permanentes sospechosos de estar infectados con COVID-19 ingresen a México.
El diario señaló que una propuesta que circula en la Casa Blanca permitirá a las autoridades fronterizas bloquear la entrada a los estadounidenses y residentes permanentes que sean sospechosos de estar infectados por el coronavirus, una autoridad legal que no está claro que tenga el Gobierno.
Un funcionario del gobierno cuya identidad no fue revelada en el diario dijo a The Post que se estaba considerando la posibilidad de emitir un comunicado de emergencia de salud pública para esta inusual prohibición, que evitaría que los ciudadanos ingresen a su propio país.
Aunque ya los cruces están ya restringidos a los viajes esenciales, una medida así afectaría a cientos de miles de estadounidenses y residentes que cruzan diariamente la frontera para trabajar, hacer negocios, ir a la escuela o a citas médicas.
Estados Unidos es el país más afectado por el COVID-19 en el mundo, con más de 5 millones de infecciones y 163.000 muertes. El coronavirus se está propagando en las comunidades, especialmente en los estados del sur y suroeste.
Por lo tanto, se cree que esta medida tendría poco efecto para frenar la propagación de la enfermedad en los Estados Unidos.
Trump utilizó el argumento de la pandemia para devolver automáticamente a México a la mayoría de los indocumentados que detienen las patrullas fronteriza e insistió en que la frontera con los países vecinos del sur se identificara como un peligro para la salud, este es el mismo argumento que presentó para la construcción del muro fronterizo.