Un error, eso era todo lo que necesitaban los Pumas para llevarse ventaja a León después de la ida de la final del Guardianes 2020… mas el rival que tienen enfrente, por más estresado que se haya mostrado en el partido, demostró su capacidad para reanimarse, a pesar de la adversidad.
Empate prácticamente de último minuto que le baja los niveles de motivación a los universitarios, que habían encontrado una gran recompensa al trabajo de su técnico, Andrés Lillini, quien volvió a mover sus piezas en función de la necesidad de anular al rival, lo que estuvo a nada de conseguir.
El estratega auriazul repitió con dos mediocampistas de contención (Andrés Iniestra y Leonel López), pero ahora puso a Juan Pablo Vigón adelante de ellos en un triángulo que envolvió a Luis Montes, el cerebro de los esmeraldas, que tuvieron uno de los partidos de mayor estrés durante este torneo, pero que en un parpadeo de los universitarios a la defensiva y a pesar de tener un hombre menos, se llevaron el empate a casa.
El gol de Carlos González, al 72’ y la expulsión de Stiven Barreiro (81’) se veían como la gran recompensa a la concentración y disciplina con la que los Pumas envolvieron al equipo de Ignacio Ambriz, que tendrá que mover sus piezas para la vuelta.
No es que los universitarios dominaran o no secaran por completo a los del Bajío. Se repartieron momentos del partido, pero en aquello de incomodar a su rival, los del Pedregal y su entrenador lo hicieron mejor al cerrar los canales de comunicación que el León suele tejer dentro de la cancha.
Pero justo cuando los universitarios parecían llevarse la ventaja, un descuido en la defensa abrió el camino del empate de Emmanuel Giggilioti (88’). El León se le ha ido vivo al Puma, que tejió bien la estrategia para ir de cacería, pero no logró cerrar el ciclo, para dejar abierta la serie por el título, el octavo en la historia para el que lo gane.