Este acuerdo comercial entre México y la UE es un instrumento fundamental para el impulso de la economía tras la pandemia de COVID-19
El nuevo acuerdo comercial entre México y la Unión Europea (UE), que se espera quede ratificado a finales de este año, supone una oportunidad para reforzar la alianza geoestratégica entre ambas partes, según sostiene la Confederación de Cámaras Industriales de México (Concamin).
Alfred Rodríguez, embajador de la Concamin para Francia, destacó este jueves en una entrevista con Efe la trascendencia del acuerdo comercial que constituye una oportunidad para reactivar la relación.
No quiero ni pensar que supondría que este acuerdo no llegue a entrar en vigor. Es enormemente importante para México y para los países de la Unión Europea”, indicó Rodríguez.
Según expertos consultados por Efe, el texto de modernización del acuerdo se halla en pleno proceso de revisión jurídica para luego ser traducido a las 16 lenguas de la Unión Europea.
Una vez concluidas las traducciones, la propuesta de la Comisión Europea será transmitida al Consejo y al Parlamento Europeo para su firma y ratificación.
Por parte de México, el Senado de la República deberá ratificar la nueva versión del acuerdo antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo publique para su entrada en vigor.
Tras cuatro años de negociaciones, en abril de 2020 se anunció el fin de las conversaciones entre ambas partes para la modernización del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre México y la Unión Europea (TLCUEM).
El nuevo acuerdo incluye nuevas disciplinas como energía y materias primas, desarrollo sostenible, pequeñas y medianas empresas, buenas prácticas regulatorias, transparencia y anticorrupción, entre otras.
Un tratado clave para Unión Europea y México
Este acuerdo es un instrumento fundamental para el impulso de la economía tras la pandemia.
Como un ejemplo de ello, se encuentra la industria automotriz, ya que este tratado incentivaría el intercambio de nuevas tecnologías para vehículos híbridos y eléctricos, abriendo oportunidades al flujo comercial de baterías y elementos clave para la producción de estos vehículos, conduciendo a la industria hacia el futuro electrificado.
La modernización del TLCUEM se llevó a cabo por los cambios en las economías de ambas regiones, así como por la transformación tecnológica mundial y de comercio, por lo que supone que prácticamente la totalidad del comercio de mercancías entre la UE y México estará exenta de derechos de aranceles.
La UE es el tercer socio comercial de México y la segunda fuente de inversión extranjera directa, con un intercambio en 2019 de 75 mil 50o millones de dólares, mientras que las exportaciones mexicanas alcanzaron los 25 mil millones de dólares, según estadísticas de la UE.
Las inversiones de los 27 países europeos en México han sobrepasado los 185.000 millones de dólares en los últimos 20 años, con lo que sin el nuevo acuerdo comercial peligraría el ritmo de las inversiones europeas, lo que afectaría al desarrollo económico de la industria mexicana.
Dos décadas de acuerdo comercial
En octubre del año pasado, México y la Unión Europea (UE) celebraron el 20 aniversario de la entrada en vigor del TLCUEM que estableció el marco jurídico para fortalecer sus relaciones en el ámbito económico-comercial, así como en el diálogo político y la cooperación.
Desde la perspectiva de México, la modernización del TLCUEM se adapta a los cambios del comercio y la cooperación internacional con beneficios para ambas economías y garantizando los flujos de comercio e inversión.
La nueva versión del acuerdo amplia el comercio entre ambas regiones con un aumento del acceso al sector agroalimentario y una mayor cobertura en el comercio servicios y compras públicas.
El nuevo acuerdo garantiza el nombre de las marcas locales de México y reconoce los productos emblemáticos nacionales y artesanías tradicionales para las inversiones y resolver las potenciales controversias de los inversionistas de ambas partes.
Esta versión modernizada del acuerdo constituye una gran oportunidad para ambas regiones, ya que permitirá que la industria sea más competitiva, promoviendo la investigación y el desarrollo, y resulta clave para ayudar en la reactivación de la economía, principalmente tras la crisis sanitaria que impactó en todo el mundo.
Con información de EFE