Si solo se tuvieran en cuenta las promesas hechas por los países para dentro de 30 años, el problema del cambio climático estaría ya en vías de solucionarse, lo que se traduciría en lograr evitar los impactos más catastróficos del calentamiento. La mayoría de Gobiernos del mundo —más de un centenar, que acumulan más del 65% de los gases de efecto invernadero globales— ya han prometido que llegarán a la emisiones netas cero para mediados de siglo. El problema es que los planes que la inmensa mayoría de esos países tiene a corto plazo, para los próximos diez años, no conducen a cumplir esas promesas para 2050. El Acuerdo de París —del que este sábado se celebra el quinto aniversario en una cumbre virtual en la que participan más de 70 jefes de Estado— preveía que durante este 2020 los Gobiernos actualizaran, al alza, los planes de recorte de emisiones para la siguiente década (conocidos por las siglas NDC). La pandemia, y también en parte los cuatro años de mandato de Donald Trump, han dado al traste con ese calendario y hasta ahora solo cinco países habían actualizado oficialmente sus planes.
Sin embargo, la Unión Europea, casi en el tiempo de descuento, ha conseguido cerrar un acuerdo entre los Veintisiete para poder presentar este 2020 su nueva NDC (con un objetivo de recorte a 2030 del 55% respecto a los niveles de 1990, 15 puntos más que el anterior). El presidente chino, Xi Jinping, también ha anunciado este sábado que revisará al alza también su NDC, para alcanzar su techo de emisiones de dióxido de carbono antes de 2030. En concreto, China se compromete ahora a reducir sus emisiones por unidad de PIB “más de un 65%” respecto al nivel de 2005 (frente al objetivo anterior que era bajar entre un 60% y un 65%). Además, Xi Jinping ha asegurado que aumentará en 2030 la participación de los combustibles no fósiles en el consumo de energía primaria en un 25% (cinco puntos más que la anterior promesa) y que multiplicará casi por tres su capacidad eólica y solar.
Solo la UE y China acumulan casi el 30% de las emisiones mundiales (con aproximadamente el 10% y el 30% respectivamente de los gases expulsados en 2018). El anuncio chino, unido a la vuelta que se espera de EE UU al Acuerdo de París y el nuevo objetivo de la UE, relanzan ahora la lucha contra el cambio climático, que ha sufrido una parálisis durante los cuatro años de Trump.
“Hago un llamamiento a todos los líderes de todo el mundo para que declaren el estado de la emergencia climática en sus países”, ha dicho en la apertura de esta cumbre António Guterres, secretario general de la ONU, quien ha recordado que 38 países ya lo han hecho. Esta cumbre llega precedida por la presentación de varios informes científicos y de organismos de la ONU que advierten de lo lejos que están los países de cumplir el Acuerdo de París, que se fija como objetivo que el incremento de la temperatura respecto a los niveles preindustriales se quede de media por debajo de los dos grados y, en la medida de lo posible, no supere los 1,5 grados. Guterres ha recordado que en estos momentos el planeta ya está en los 1,2 grados. “Si no cambiamos de rumbo, podemos encaminarnos a un aumento catastrófico de la temperatura de más de tres grados este siglo”, ha añadido. “¿Alguien puede seguir negando que nos enfrentemos a una emergencia dramática?”, ha preguntado.
A esta cumbre —organizada por la ONU junto a los Gobiernos de Reino Unido y Francia y en la que interviene también el presidente español, Pedro Sánchez— solo se ha invitado a participar a los jefes de Estado que podían presentar públicamente medidas más ambiciosas.
En total, los organizadores calculaban que medio centenar de países anunciarán que durante lo que resta de año o durante 2021 presentarán nuevos planes de recorte para la próxima década. Más de la mitad de ellos se corresponden con los Veintisiete miembros de la UE, a los que se suma Reino Unido (que aumentará su objetivo de reducción de emisiones al 68% en 2030) y otros Estados como Colombia —que se compromete a reducir un 51% sus gases para dentro de una década—.
Pero toda la atención se centra entre un reducido grupo de potencias. Aunque los efectos del cambio climático los sufren todos los países —y con especial incidencia los menos desarrollados—, los principales causantes se pueden contar casi con los dedos de una mano. Seis bloques son responsables directos ahora del 70% de todas las emisiones mundiales: China, Estados Unidos, la Unión Europea, India, Rusia y Japón.