Por Geovanna Bañuelos
Dos retos en el México de hoy: la lucha contra las adicciones y el narcotráfico.
El primero es sobre los efectos nocivos o letales de las drogas, como cocaína, heroína, anfetaminas, marihuana, alucinógenos o fentanilo, droga de reciente creación que ha afectado a miles de personas debido a los niveles de adicción por ser 50 veces mayor que la heroína y 100 veces más que la morfina. En la actualidad, los estupefacientes están presentes en menores de edad y adolescentes con una afectación a la salud física y mental
Desafortunadamente, una joven zacatecana de secundaria fue ingresada a un hospital por ingerir involuntariamente esta droga a través de un dulce, lo que le provocó un paro cardiorrespiratorio dejándola en coma. En México, ya se ha registrado la muerte de mil 700 vidas. El desafío es que esta sustancia y otras, no lleguen a niñas, niños y adolescentes.
El segundo reto, el combate a las células delictivas. Lamentablemente, se están reclutando niñas, niños y adolescentes. En el país, al menos 30 mil menores de edad integran las filas de la delincuencia organizada y alrededor de 250 mil menores están en riesgo de ser reclutados por el narcotráfico de acuerdo a investigaciones periodísticas. Además, como señala la Red por los Derechos de la Infancia, comienzan a reclutar menores de edad entre 9 y 16 años. De los 9 a 11 años realizan labores como llevar mensajes, informar y robar. A los 12 años cuidan casas de seguridad y transportan drogas. Así llegan a los 16 años y los enseñan a utilizar y portar armas, secuestrar e incluso asesinar.
Es doloroso asimilar que en mi estado de Zacatecas las cifras de jóvenes y menores de edad en la participación y comisión de delitos de alto impacto han incrementado en los últimos años. De acuerdo con el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Zacatecas, 8 de diez de los detenidos por asesinatos son de este sector y un 90% son por narcomenudeo. The World Justice Project reportó que el 29% de los jóvenes de 18 a 28 años, integran la población carcelaria.
Por esta razón, decidí comenzar unos foros por diferentes municipios de mi entidad, con el objetivo de concientizar al núcleo primario de la sociedad sobre los riesgos del consumo de estupefacientes y ser reclutados por el crimen organizado. Es obligación de las autoridades el abordar estos problemas desde una perspectiva integral, que ayude a generar espacios de desarrollo para la juventud y alejarlos de las drogas. Además, es necesaria la inclusión de las madres, los padres y la unidad familiar, ya que juegan un papel trascendental para el restablecimiento del tejido social. Ante estos desafíos, está en nuestras manos trabajar juntos por la paz.