Por Geovanna Bañuelos
Este 14 de marzo se conmemora el Día Internacional de Acción por los Ríos con el objetivo de visibilizar la problemática de afectación al ecosistema, así como de recuperar el bienestar de las cuencas hidrográficas y de exigir una gestión equitativa y sostenible de los ríos.
Los ríos son parte esencial del equilibrio ecológico del planeta. Sustentan la biodiversidad, transportan los nutrientes que alimentan a los bosques y humedales y dan vida a millones de especies de flora y fauna de nuestro planeta. Las grandes civilizaciones del pasado lo sabían, por eso se establecieron cerca de ríos que alimentaran, protegieran y dieran vida a la sociedad. “Aquel que sabe escuchar el murmullo de los ríos jamás sentirá una completa desesperación”, pensaba Henry Thoreau. Desafortunadamente, hoy los ríos y nuestros ecosistemas enfrentan las consecuencias de la sobreexplotación, contaminación y descuido de los seres humanos.
En México no somos ajenos a esta situación, la contaminación del agua en presas y ríos es crítica. Hace algunos años en Zacatecas padecimos los estragos de la contaminación del río de la comunidad San Martín, municipio de Sombrerete, con lo que se causaron daños irreversibles al agua, flora y fauna de la región. Desafortunadamente, casos como el anterior se dan en la gran mayoría de los ríos de nuestro país. Hasta hace no muchos años se veía a la gente bañándose o lavando sus ropas en los ríos, e incluso utilizaban el líquido vital para sus tareas cotidianas, pero hoy la realidad es otra.
Algunos de nuestros ríos han perdido su vitalidad, convirtiéndose en caudales grises y negros derivados de la cantidad inmensurable de desechos plásticos, cubrebocas, todo tipo de envolturas de alimentos, así como con productos químicos y en ocasiones con derrames químicos y nocivos provenientes de las industrias privadas.
Esto tiene que cambiar. El ser humano subsiste y convive con otros seres vivos en un entorno natural que en los últimos años se ha visto amenazado por nuestra depredación. Depende de nosotros impulsar los cambios para revertir la situación de contaminación en que se encuentran los ríos de nuestro país. Solo de esta manera podremos preservar un país con agua más limpia, salubre y segura para todos.
Se necesitan acciones de todos los sectores de la población, compromiso por parte de las empresas, responsabilidad del Estado y acciones que verdaderamente impulsen la cooperación, sensibilización y educación compartida para salir avante frente a esta crisis. En la defensa de la naturaleza, hoy más que nunca, la esperanza es políticamente disruptiva.