El 25 de cada mes se conmemora el Día Naranja, un día para actuar, generar conciencia, prevenir y erradicar todo tipo de violencia contra mujeres y niñas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la violencia contra la mujer constituye un grave problema de salud pública, así como una violación a sus derechos humanos. Vivimos una crisis. Alrededor de una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.
En México la situación es grave y compleja. Somos víctimas de diversas manifestaciones de violencia como el acoso y el hostigamiento sexual, la discriminación, la violencia en el núcleo familiar, así como la manifestación más grave e inhumana de la violencia, como lo es el feminicidio y que ocurren todos los días. La brutal y abominable cultura machista ha dejado severos estragos.
De acuerdo con las cifras que ha publicado el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 122 mil 11 mujeres fueron víctimas de algún delito, un incremento de 12.5% con respecto al año 2021. Siendo este el año más violento desde que se tiene registro. En el caso de Zacatecas, las cifras muestran un panorama sombrío. La entidad se encuentra en el segundo lugar en homicidio de mujeres, sólo por debajo de Colima, con una tasa de 14.77 víctimas por cada 100 mil habitantes, más de tres veces la media nacional, que es de 4.23 casos.
La violencia contra las mujeres produce graves secuelas físicas y emocionales que de manera continua e incluso permanente, afectan a las víctimas y sus familiares. Ya que impide su desarrollo pleno, puede aislarlas e incapacitarlas, afectando gravemente su incorporación en actividades productivas y perpetuando las condiciones de desigualdad para sí mismas y de sus hijos.
La violencia de género daña a la sociedad en su conjunto, puesto que no es posible aprovechar todo el potencial de desarrollo de las mujeres en sus comunidades. Si bien no existen datos precisos del impacto económico que genera, basta reflexionar que, en el ámbito educativo, el 32.3% de las mexicanas de 15 años o más ha sufrido algún tipo de violencia y en el ámbito laboral al menos el 27.9% de las mujeres la ha experimentado.
México no llegará a desarrollar todo su potencial de bienestar sin sus mujeres. Es momento de actuar para eliminar las violencias de género, garantizando la justicia, la reparación del daño y la no repetición de los hechos para las víctimas. Construyamos una agenda nacional donde crezcan mujeres libres y fuertes, que luchan por lograr un mundo justo, igualitario y paritario, pero, sobre todo, un mundo libre, sin violencia.