Por Geovanna Bañuelos
La seguridad pública es una función esencial del Estado cuyo fin es salvaguardar la integridad y derechos de las personas, así como preservar las libertades, el orden y la paz pública. Su labor es fundamental para garantizar a las y los ciudadanos un entorno de confianza y protección para vivir y desarrollar al máximo el potencial y bienestar del conjunto social.
Recientemente, el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República publicó una nota estratégica con el objetivo de establecer rankings de las entidades federativas con base en el salario promedio mensual de sus policías y agentes de tránsito, a partir de la información proporcionada por el portal Data México de la Secretaría de Economía. Lamentablemente, la información arroja un panorama nada alentador.
El análisis de los salarios promedio mensuales en las 32 entidades federativas, durante los tres primeros trimestres de 2023, muestra que, en el mejor de los casos (Nuevo León), representó un monto de 14 mil 119 pesos; mientras que, en el peor de los casos (Morelos), el salario promedio mensual fue de solo 2 mil 331 pesos, equivalente a 35% de un salario mínimo mensual, inferior incluso a la mitad de un salario mínimo.
En el período comprendido de 2018 hasta a los primeros tres trimestres de 2023, las entidades federativas que pagaron el mayor salario promedio fueron: 1) Nuevo León con 12 mil 175 pesos; 2) Coahuila con 11 mil 886 pesos; y 3) Baja California Sur con 11 mil 152 pesos. Mientras que las entidades federativas con el menor salario promedio mensual fueron: 1) Morelos con 3 mil 402 pesos; 2) Estado de México con 4 mil 937 pesos; y 3) Querétaro con 5 mil 270 pesos.
La pauperización de la labor policial implica serios riesgos para la integridad de los cuerpos de seguridad pública y la sociedad. Ya que hace más susceptibles a sus miembros ante las amenazas de corrupción que están latentes como parte de su labor. Es por ello, que una forma efectiva de proteger a la ciudadanía es brindar mejores salarios a las y los policías.
Necesitamos elementos de seguridad para combatir el flagelo de la inseguridad, dignificar la labor policial en México, comprometernos con las y los integrantes de los cuerpos de seguridad pública en todos los órdenes de gobierno, brindándoles, capacitación, equipamiento, así como remuneraciones justas y dignas que brinden bienestar a sus familias y refleje el compromiso con el pueblo de México. “La labor policial implica riesgos que son significativamente superiores a los de la mayorá de los trabajos”, concluye el Instituto Belisario Domínguez.