Por Geovanna Bañuelos
Con la valentía que conmueve, la senadora Alejandra Reynoso Sánchez, narró su experiencia desde tribuna: “Hace justo un año, en este día, recibía la primera de 16 quimios. Hace un año estaba invadida por el miedo, por la incertidumbre. Porque veía en el diagnóstico una sentencia de muerte”.
Existen batallas difíciles de enfrentar, particularmente el cáncer de mama, la principal causa de muerte a nivel mundial en el sector femenino. Tan solo, en 2020, fallecieron alrededor de 685 mil mujeres y cada año se detectan 1.38 millones de casos. Por lo que la Organización Mundial de la Salud estableció el 19 de octubre como el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama. En México no somos ajenos a esta problemática. 7 mil 821 mujeres murieron en 2020 de acuerdo con datos del INEGI, es decir, cada hora muere una mexicana.
No se conoce una causa específica sobre el origen de este cáncer. Se sabe de algunos factores de riesgo que desarrollan esta enfermedad, como la edad, obesidad, antecedentes familiares, consumo de alcohol y de tabaco. En ocasiones, es imperceptible. No siempre se presentan síntomas y lamentablemente la detección suele ser tardía y el pronóstico llega a ser grave o incluso mortal.
Los estragos del cáncer de mama son complejos y dolorosos, no solo en el plano físico, también en el estado de salud mental, desatando otras enfermedades como la depresión, la ansiedad y el estrés. Los pacientes requieren del acompañamiento durante su tratamiento, como el respaldo de sus familiares y especialistas. Tristemente, la situación empeora cuando la persona enferma se encuentra en una etapa en la que se vuelve necesario extraer un seno con la finalidad de retirar la mayor parte del cáncer, originando un impacto psicológico y físico importante. La autoexploración es uno de los métodos más fáciles de realizar y la mastografía es la manera más efectiva de diagnosticar en mujeres de 40 a 69 años.
La Secretaría de Salud y sus homólogas en todos los estados, el IMSS, ISSSTE e INSABI, deben implementar jornadas para la detección de cáncer y la reconstrucción de seno, no solamente en octubre, sino todo el año; redoblar la atención psicológica durante y después del tratamiento, además, fortalecer la difusión en medios de comunicación masiva y redes sociales sobre la importancia de la autoexploración.
En su emotivo discurso, la senadora Alejandra Reynoso expresó: “El miedo hay que enfrentarlo. Ese llega, te invade”. La valentía es el escudo ante este mal: “Podrán mutilarnos un seno. Pero que nunca nos mutilen un alma”.