Por Geovanna Bañuelos
La vivienda es más que una estructura física, es nuestro hogar. Concepto que abarca diversos significados. Es el lugar donde encontramos refugio y un espacio de seguridad. Juega un papel fundamental en el desarrollo personal y familiar. Es el seno donde aprendemos valores, formamos nuestra identidad y construimos relaciones sólidas con nuestros seres queridos. Además, nos brinda un espacio físico para descansar, dormir, alimentarnos, resguardarnos de las inclemencias del clima, de los peligros y del estrés de la vida diaria.
Desafortunadamente, México atraviesa una gran problemática, el acceso a créditos para adquirir una vivienda, situación que se agudiza para las mujeres por la desigualdad estructural, como lo es el de brecha salarial al contar con menos ingresos, pues al ganar menos dinero que los hombres por el mismo trabajo, carecen de menor poder adquisitivo para cubrir sus necesidades básicas, ahorrar para el futuro o invertir en su educación, desarrollo profesional y por ende, el acceso a un casa. En México por cada 100 pesos que gana un hombre por su trabajo al mes, una mujer percibe 84 pesos, 16% menos. Los estados con mayor disparidad salarial son, Colima ($74.58), Baja California Sur ($77.56) y Tlaxcala ($77.63). En ninguna entidad se tiene paridaden los ingresos.
No obstante, existe un creciente interés de las mujeres por contratar financiamientos para la compra de una casa o departamento, tan sólo entre noviembre y diciembre del 2023, 48% de las solicitudes de crédito en el Infonavit corresponden al sector femenino. De acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Vivienda 2018 (Conavi), solo el 35.6% de los financiamientos otorgados por los Organismos Nacionales de Vivienda (Onavis) y 31.6% de subsidios federales se otorgan a mujeres, en contraposición al 60 y 66.8% respectivamente, para los hombres.
El que una mujer acceda a créditos hipotecarios se traduce a su vez en mejores oportunidades de vida. La propiedad de una vivienda representa seguridad y estabilidad, permitiéndoles tomar decisiones sobre su futuro sin depender de terceros. En estos tiempos, se vuelve prioritario trabajar para eliminar las barreras que enfrentan las mujeres y asegurar su acceso a este derecho fundamental. Por ello, la propuesta de nuestra próxima presidenta, la doctora Claudia Sheinbaumpara garantizar la vivienda digna a las mexicanas es un reto para continuar accediendo a la justicia social. Además, es necesario que la Comisión Nacional de Vivienda diseñe, implemente e impulse políticas públicas para garantizar el acceso adecuado a un hogar para las mujeres y trabajar permanentemente para reducir la brecha existente de género.